Hace más de 50 años, nos fijamos en una planta diminuta que crecía en un trozo de lana de roca abandonado en una obra. Tal y como está diseñada, la naturaleza había encontrado una forma de crecer. Y nos inspiró para diseñar un sistema que la apoyara: una forma de cultivo sin suelo más inteligente que evolucionamos, exploramos y perfeccionamos continuamente. Un sistema que promete altos rendimientos de alimentos frescos y cultivos medicinales de alta calidad para alimentar y tratar a la creciente población mundial.