La agricultura vertical, o la práctica de producir en capas apiladas verticalmente, está en auge en todo el mundo -desde el noroeste de Europa y Norteamérica hasta Oriente Medio y Asia-, entre otras cosas porque apoya una serie de tendencias sociales. Por ejemplo, las granjas verticales responden a la creciente tendencia de los consumidores a abastecerse localmente, ya que estos entornos totalmente autónomos y controlados artificialmente no se ven afectados por el clima exterior y, por tanto, pueden construirse prácticamente en cualquier lugar. "Incluso en lugares remotos y entornos urbanos como las grandes ciudades", afirma Tico van Leeuwen, director de cuentas del sudeste de los Países Bajos y Dinamarca y especialista en agricultura vertical de Grodan. "Esto permite garantizar el suministro de productos frescos a los consumidores locales durante todo el año. Además, la reducción del "kilometraje alimentario" tiene beneficios para la sostenibilidad en términos de menores emisiones de gases de efecto invernadero y también menos desperdicio de alimentos, ya que prolonga la vida útil de los productos."
Las granjas verticales también son mejores para el planeta en otros aspectos. "Por ejemplo, pueden funcionar con energía renovable generada por el sol o el viento. Y como están diseñadas para producir un volumen tan elevado en un espacio relativamente pequeño, las granjas verticales hacen un uso eficiente de la tierra y alteran menos la biodiversidad local", añade.
Lana de roca como sustrato
Los cultivos en granjas verticales pueden realizarse mediante diversas técnicas, como la hidroponía, la acuaponía y la aeroponía. "Sea cual sea el método utilizado, se trata de proporcionar a las plantas exactamente lo que necesitan en términos de temperatura, luz, humedad, CO2 y nutrientes para optimizar la salud y vitalidad de los cultivos. Para conseguir el equilibrio adecuado de nutrientes se necesita el sustrato adecuado", dice Tico. Existe una amplia, desde materiales orgánicos como el coco, el cáñamo, el algodón y la lana, hasta sustratos inorgánicos como la lana de roca. "Cada uno tiene sus propias características, pero me he dado cuenta de que muchos productores verticales, sobre todo los recién llegados al sector, no saben muy bien qué es la lana de roca y desconocen sus ventajas para la agricultura vertical", añade.
Direccionabilidad precisa
Una de las principales ventajas de la lana de roca es que es un sustrato inerte. "Esto significa que su pH es neutro y que no contiene CE desde el principio, a diferencia de los sustratos orgánicos, que siempre contienen algún nivel de nutrientes naturales. Esto los hace ligeramente inestables, e incluso la más mínima diferencia de pH o CE puede tener una influencia significativa en el crecimiento del cultivo. En cambio, con la lana de roca se parte de cero, lo que permite dirigir el equilibrio de nutrientes con un 100% de precisión y certeza".
Otra ventaja es la homogeneidad de la lana de roca como producto manufacturado. "A diferencia de los sustratos orgánicos, todos los plugs de lana de roca y las placas de berro que producimos pueden comprimirse con la misma densidad. Esto garantiza que nuestros productos ofrezcan un rendimiento idéntico, favoreciendo un cultivo uniforme, y que distribuyan uniformemente el agua y los nutrientes alrededor de las raíces. Además, la lana de roca tiene una baja transmitancia luminosa, por lo que ayuda a evitar que la luz potencialmente dañina penetre en la zona radicular".
Contribuir a un medio ambiente limpio
La limpieza es otro factor esencial en la agricultura vertical, no sólo al inicio de cada ciclo de cultivo, sino durante todo el mismo. "Como en la agricultura vertical no se pueden utilizar productos químicos para proteger los cultivos, si aparece una plaga o enfermedad puede ser muy difícil volver a eliminarla, y ningún productor quiere tener ese problema", afirma Tico. Una política estricta de equipos de protección y descontaminación ayuda a evitar la entrada de plagas y enfermedades del exterior, pero a menudo se subestima el papel del sustrato, según Tico. "La lana de roca es un sustrato inerte que se obtiene fundiendo roca volcánica, llamada basalto, a 1,600⁰C antes de hilarla y darle forma de sustrato. Ningún contaminante puede sobrevivir a eso: ¡es lo más limpio que existe! Además de facilitar las actividades de limpieza después de cada ciclo de cultivo, el hecho de que el sustrato sea firme y homogéneo significa que no hay absolutamente ninguna posibilidad de que las fibras se filtren en el sistema de riego y lo contaminen o lo obstruyan."
Una opción sostenible
La mayoría de los operadores de granjas verticales quieren demostrar que adoptan un enfoque sostenible. Tal vez por su nombre, a veces se da por sentado que un sustrato ecológico encaja mejor con su posicionamiento en el mercado que uno inorgánico. "Pero la lana de roca también es una opción muy sostenible", explica Tico. "El basalto es un recurso natural inagotable, por lo que evita el agotamiento de los recursos naturales. En Grodan tenemos fábricas en toda Europa y en Norteamérica, por ejemplo, así que no hace falta transportarla por medio mundo. Nuestro interés por el reciclaje desempeña un papel importante, ya que nuestros productos lo hacen. De hecho, ofrecemos a muchos de nuestros clientes un servicio de recogida y reciclaje de los productos usados para cerrar el círculo".
Apoyo a los empresarios
La labor pionera de Grodan en materia de reciclaje es sólo un ejemplo del carácter innovador de la empresa. "Tenemos más de 50 años de experiencia y llevamos muchos años siendo el primer proveedor de sustratos confiables y de alta calidad para el sector de los invernaderos de alta tecnología", explica Tico. "Los productores acuden a nosotros por nuestra sólida orientación y apoyo técnico, pero también gracias a nuestra reputación de adoptar un enfoque de resolución de problemas. Trabajamos en estrecha colaboración con cada cliente para identificar la solución óptima de agua o nutrientes para su situación específica."
En ese sentido, Grodan encaja bien con la naturaleza experimental y emprendedora de los operadores de granjas verticales y los proveedores llave en mano. "Siempre nos gusta ir más allá de los límites y, en mi opinión, no estamos ni cerca de alcanzar las limitaciones de qué tipos de cultivos pueden producirse de forma rentable en granjas verticales. Por ejemplo, estamos realizando muchos ensayos interesantes con sustratos de lana de roca -incluso con fresas, además de los "sospechosos habituales", como verduras de hoja verde, hierbas aromáticas y microgreens- y los resultados son muy prometedores. Así que estamos dispuestos a aprovechar nuestra experiencia para ayudar a las empresas a explorar cómo podemos impulsar juntos la innovación en el sector de la agricultura vertical", concluye.