La producción en invernaderos comerciales consiste en el uso de un invernadero para cultivar diversas plantas, como hortalizas, flores y hierbas aromáticas, para su venta a los consumidores o a otras empresas. Los invernaderos proporcionan un entorno controlado en el que cultivar plantas, lo que permite a los agricultores producir cultivos durante todo el año y cultivar una gama más amplia de plantas de lo que sería posible en un entorno al aire libre.
Dentro del invernadero, las plantas suelen cultivarse en macetas, contenedores o camas elevadas rellenas de tierra o de un sustrato. Los productores pueden utilizar sistemas hidropónicos, en los que las plantas se cultivan en una solución de agua rica en nutrientes en lugar de tierra, u otros métodos de cultivo especializados para optimizar el crecimiento y el rendimiento de las plantas.
Para garantizar unas condiciones de cultivo óptimas, los invernaderos comerciales suelen utilizar sistemas automatizados para controlar la temperatura, la iluminación, el riego y otros factores. Estos sistemas pueden incluir sistemas de calefacción y refrigeración, ventiladores y rejillas de ventilación, sistemas de riego y sistemas de iluminación que imitan los patrones de luz natural.
Además de cultivar las plantas, las operaciones en invernaderos comerciales también pueden implicar tareas como propagar plantas a partir de esquejes o semillas, trasplantar plántulas o plantas jóvenes y controlar plagas y enfermedades. Los productores de invernaderos también pueden tener que gestionar y mantener el propio invernadero, lo que incluye limpiar, reparar y sustituir el equipo cuando sea necesario.