Con un slab de 10 cm de altura, las ventajas de Grotop Master se amplifican, en particular la calidad del enraizamiento y la facilidad con la que el slab puede volver a secarse en invierno.

JP Briand, productor de tomates cherry, invirtió en un nuevo Invernadero de 3 hectáreas en 2015 como parte de su empresa familiar JPL Provence y en colaboración con Julie Vié (Earl Tomidi). El nuevo invernadero cumple todos los criterios del ecoserre®, el modelo de Invernadero ecológico de Rougeline.

Invernadero semicerrado combinado con una unidad de cogeneración, es eficiente desde el punto de vista energético y está equipado con todas las herramientas necesarias para ahorrar en insumos manteniendo un control óptimo del entorno de la planta: malla antiinsectos, refrigeración PAD, fin de vida útil (EOL), desinfección UV de las soluciones nutritivas, etc. JP Briand utiliza los slabs Grotop Master de 10 cm de altura y 90 cm de longitud. En cada bloque, instala 3 plantas en cubos Plantop, que cultiva en dos cabezales. "Para mí, la introducción de slabs de 10 cm de altura es un avance importante en la gama Grodan", afirma JP Briand. "Es un paso tan importante como la introducción hace unos años del Grotop Master y de la estructura de sustrato de dos capas. Con un slab de 10 cm de altura, ampliamos las ventajas de Grotop Master, en particular la calidad del enraizamiento y la facilidad con la que se puede volver a secar el slab en invierno. Aunque las características del sustrato no intervienen directamente en el planteamiento de Residuo Cero, sí afectan al equilibrio de la planta, un factor importante para controlar la salud del cultivo. El cultivo sin suelo se desarrolló originalmente para evitar las enfermedades del sistema radicular. Hoy en día, con la evolución de las tecnologías que controlan el clima del invernadero y el desarrollo de BIP para evitar la invasión de bioagresores, el objetivo de un uso cero de plaguicidas es cada vez más alcanzable. Aunque el cultivo sin suelo no puede ser ecológico, ahora puede prescindir de fungicidas e insecticidas químicos. "El planteamiento de residuo cero es una obligación para conseguir resultados, tanto para el consumidor como para el medio ambiente. Requiere una gran anticipación, que se traduce en más observaciones e intervenciones por parte de personal mejor formado. Pero también hay que garantizar resultados económicos. Por eso, a nivel del Grupo Rougeline, Residuo Cero corresponde a una segmentación de la oferta. A nivel del invernadero, el planteamiento representa un fuerte compromiso por parte del productor, que sin embargo se reserva el derecho de retirarse del planteamiento en caso de problema grave.

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